Mark Millar lleva ya décadas reformulando mitos de la cultura pop -especialmente los superhéroes- buscándoles las cosquillas y planteándose sus límites. Lo ha hecho tanto desde dentro, con historias que han dado pie a nada menos que colosos del entretenimiento masivo como el guión de 'Civil War' en Marvel o la versión de los Vengadores que inspiró los del MCU (los Ultimates). Suya es también la historia alternativa 'Old Man Logan', que inspiró la última película sobre Lobezno.
Y también lo ha hecho desde fuera de los márgenes de la industria, decepcionado a menudo con la imposibilidad de manipular a su gusto a los personajes, lo que le llevó a la creación de Millarworld, una editorial que acabó comprando Netflix para que le surtiera de contenido. Fuera de las grandes editoriales, sus dos creaciones más populares puede que sean 'Kick-Ass' y 'Kingsman', a las que se suman comics (unos han inspirado películas, otros no) como 'Superior' o 'Wanted'.
En esa línea está 'Super Crooks', una idea que lleva años intentando ser adaptada. Millar publicó el cómic, dibujado en 2012 por Leinil Yu, con la clara idea de convertirlo en una película (sus tebeos lo posibilitan siempre, gracias a una narrativa fuertemente cinematográfica y sin experimentos que impidan la traducción a imágenes,). Fue un proyecto para Nacho Vigalondo en 2011, y en 2016 Waypoint Entertainment anunció que preparaba una serie. Finalmente, en 2017 pasó a las propiedades de Netflix tras la compra de Millarworld y se adaptó en formato anime como precuela del cómic.
La serie se centra en un supervillano de no muy altos vuelos, Johnny Bolt, que tiene la capacidad de controlar la electricidad. Cuando sale de la cárcel se reúne con sus compañeros, también villanos con poderes. Pronto la capacidad de todos ellos y unas cuantas adiciones se verán puestas a prueba en el golpe más ambicioso de sus vidas, que tendrá lugar en Japón.
Super Crooks: saltan chispas
El primer aspecto llamativo de 'Super Crooks' es su estética. Eminentemente anime, pero con los personalísimos rasgos de diseño y animación que le otorga Studio Bones, responsables de producciones tan peculiares y reconocibles como 'Soul Eater', 'Fullmetal Alchemist' o 'My Hero Academia'. El estilo elegante y exageradamente cool, influído por la estética occidental de los años sesenta y algo de la corriente city pop de los ochenta nipones, se manifiesta en los excelentes títulos de crédito y unas cuantas secuencias adicionales. El objetivo: convertir a este hatajo de supervillanos en un equipo admirable pese a su amoralidad.
Por supuesto, lo consigue: 'Super Crooks' no quiere, como 'The Boys', plantear una sátira del mundo supeheroico, ni de las profundas implicaciones que tiene que unos ideales dudosos y controlados por corporaciones penetren en la cultura pop. 'Super Crooks' es... esa cultura pop. Y mira por encima del hombro a sus contendientes sabiendo que lo único que se espera de ella es que enhebre una aventura frenética y bien montada para que pasemos un rato de despreocupada diversión con estos caraduras.
Y lo consigue, vaya que sí. Con tours de force tan memorables como el tercer episodio, que es íntegramente una persecución rodada absolutamente impecable. O el primero, que agarra los tópicos del descubrimiento de las hormonas y los superpoderes adolescentes estilo Marvel y le da un giro inesperado. Por desgracia, no siempre sale bien: en la segunda mitad de la serie hay giros y sorpresas que no funcionan con tanta finura, y quizás a 'Super Crooks' le habría convenido permanecer en todo momento fiel a sus pocos personajes iniciales, o al menos dispersar la atención desde el principio.
Aún así, y pese a estas disculpables caídas de ritmo, 'Super Crooks' es una estupenda serie de acción y comedia, de estética innovadora y llena de sorpresas. No alcanza los hallazgos y la visceralidad de otra serie de animación superheroica para adultos reciente, 'Invencible', pero está claro que conviene estar muy atentos a las propuestas de Millarworkld en Netflix. Después del paso en falso inicial que supuso 'Jupiter's Legacy', parece que hemos encontrado un tono y unos temas a los que agarrarnos.
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wiredbrain
Es bastante irregular, tanto en el tema argumental como en producción. Hay partes muy interesantes y otras que parecen un insulto a la inteligencia de los espectadores; y del mismo modo hay partes bien animadas y otras que dan vergüenza. Parece que ésta supercrooks quiere ser una especie de mezcla entre invincible y the boys, pero falla en el intento, pues a las escenas crudas no impactan y a las escenas humorísticas no hacen gracia. Luego hay detalles muy raros; como por ejemplo, que no se cortan a la hora de mostrar amputaciones y visceras volando por los aires; pero luego censuran los cortes de manga; o que el opening dure más de 90 segundos ¿Quien coño hace un anime a dia de hoy con un opening de más de 90 segundos? bueno, no es 100% anime, pero no se como un estudio japones permitió semejante rareza.
La serie en compendio es entretenida, hay algunas escenas realmente mal planteadas y personajes que no terminan de funcionar, el guión hace aguas en varios puntos, pero se deja ver.
black_ikarus
Me llama mucho la atención esta serie. Habrá que darle una oportunidad.
Por cierto, sólo por ver que aún queda alguien que sabe utilizar correctamente la palabra hatajo (despectivo, referido a un grupo de personas o cosas), ya ha merecido la pena leer el artículo.
nessdisk
Mark millar se especializo en deconstruir a los super herores o mejor a los villanos....
pero sus finales son malisimos por lo general.
comenzo y desarrollo de 10.