Ahora es más probable que nunca que Intel acabe troceada. TSMC y Broadcom ya se están frotando las manos

  • Intel se plantea escindir su negocio de fabricación de chips en un movimiento muy parecido al que hizo AMD en 2009

  • TSMC está interesada en sus fábricas de semiconductores y Broadcom en su división de diseño de circuitos integrados

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A mediados del pasado mes de septiembre, apenas dos meses y medio antes de salir de Intel, Pat Gelsinger desveló que la cúpula directiva de la compañía estaba sopesando la posibilidad de escindir su negocio de fabricación de semiconductores en un movimiento muy parecido al que hizo AMD en 2009. Esta última empresa desgajó su filial de producción de circuitos integrados y creó GlobalFoundries. Desde entonces le ha ido objetivamente bien. Intel persigue lo mismo: recuperar la salud financiera e incrementar su competitividad.

Gelsinger ya está completamente desvinculado de Intel, pero la posibilidad de separar la filial de fabricación de chips del resto de la compañía sigue encima de la mesa. No obstante, como os explicamos a finales de noviembre, si finalmente decide hacerlo no tendrá completa libertad. Y no la tendrá debido a que ha contraído obligaciones con el Gobierno de EEUU como consecuencia de la recepción de los 7.860 millones de dólares que le ha entregado el Departamento de Comercio a modo de subvención. Y también de los 3.500 millones de dólares que recibirá del Departamento de Defensa para fabricar chips para aplicaciones militares.

TSMC y Broadcom están interesadas en hacerse con dos partes esenciales de Intel

El compromiso de Intel con la Administración estadounidense involucra directamente la escisión de su división de fabricación de semiconductores en forma de una subsidiaria independiente. El Gobierno de EEUU ha pedido a Intel que mantenga la propiedad de al menos el 50,1% de Intel Foundry si finalmente esta unidad de negocio llegase a separarse y adquiriese la forma de una nueva entidad legal privada. Y ahora más que nunca esta posibilidad es muy tangible.

TSMC está preparando una oferta que le permitiría controlar las plantas de fabricación de circuitos integrados de Intel

Según The Wall Street Journal (TWSJ), que en el ámbito de las relaciones entre compañías no suele dar puntada sin hilo, TSMC y Broadcom están interesadas en hacerse con dos partes fundamentales de Intel. El fabricante taiwanés de semiconductores, que lidera el mercado global con una cuota cercana al 60%, está preparando, siempre según TWSJ, una oferta que le permitiría controlar las plantas de fabricación de circuitos integrados de Intel.

En la coyuntura actual esta decisión estratégica tiene sentido. A TSMC le interesa desarrollar su infraestructura de fabricación más allá de las fronteras de Taiwán con el propósito de proteger su negocio si se desencadenase un conflicto bélico entre China y su país de origen. Esta compañía actualmente está construyendo nuevas plantas de producción de semiconductores en Arizona (EEUU), Alemania y Japón, pero sumar las fábricas que tiene Intel no solo en EEUU, sino también en Europa, Israel y Asia le permitiría consolidar su expansión con mucha rapidez.

Curiosamente a mediados del pasado mes de octubre C.C. Wei, el actual presidente y director general de TSMC, declaró que no contemplaba la posibilidad de comprar las fábricas de Intel. Sin embargo, es razonable que un ejecutivo con su responsabilidad no confirme una operación de esta envergadura hasta que esté esencialmente cerrada. Sea como sea TSMC no es en absoluto la única compañía que está interesada en hacerse con un trozo de Intel.

Y es que, según TWSJ, el diseñador de chips estadounidense Broadcom también está preparando una oferta para hacerse con las divisiones de diseño de circuitos integrados y comercialización de Intel. En cualquier caso, si finalmente prospera la iniciativa de TSMC tropezará con toda probabilidad con la oposición del Gobierno liderado por Donald Trump. Actualmente resulta poco probable que la Administración dé el visto bueno a la compra de una división tan importante de una compañía estadounidense por una empresa extranjera. Especialmente si, además, su negocio se desarrolla en una industria estratégica como lo es la de los semiconductores.

Imagen | Intel

Más información | The Wall Street Journal

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