El cambio climático es una de las patatas calientes que la humanidad debe afrontar en estos momentos. Aunque estos últimos años se han impulsado medidas para mitigar nuestra huella, a la vez hemos seguido dependiendo de unos combustibles fósiles que contribuyen al aumento de temperatura del planeta. Las renovables y, concretamente, la energía solar se postula como la tecnología que puede ayudarnos a reducir esas emisiones.
Y un estudio publicado en Nature señala que hay algo mejor que llenar el campo de granjas solares: la fotovoltaica de azotea.
Límite. En 2015, el Acuerdo de París lanzó un ultimátum: había que limitar el aumento de la temperatura global a menos de 1,5 o 2 grados Celsius. No tardaron en salir informes que apuntaban que no estábamos ni cerca de conseguirlo y ya se apuntó que, para finales de siglo, el aumento de temperatura sería de 2,8 grados.
Desde entonces, hemos visto el impulso de una inteligencia artificial que ha necesitado recurrir a los combustibles fósiles o el repliegue de las grandes petroleras en la era de la transición renovable. Sin embargo, también hemos visto la explosión de la energía solar con paneles muy baratos y cada vez más eficientes. Junto a la eólica, en 2023 proporcionaron el 27% de la electricidad de la UE.
Megagranjas. De hecho, ya hay países que operan prácticamente con energías renovables y, como decimos, la solar juega un papel muy importante en esta historia. No en vano, estos últimos años hemos visto el faraónico despliegue de granjas fotovoltaicas capaces de generar una gran cantidad de energía.
China va a la cabeza con plantas que se ven desde el espacio, pero no son pocos los países que ya tienen enormes extensiones de terreno dedicadas a estos paneles o con proyectos en marcha. Sin embargo, hay quien piensa que podemos hacerlo mejor con la fotovoltaica.
RPV. Son las siglas de ‘rooftop photovoltaic’, o ‘fotovoltaica de azotea’, y según un estudio de la Universidad de Sussex, sería la solución para dejar de ganar terreno al campo con paneles solares y aprovechar algo a lo que no sacamos partido actualmente: millones de tejados. Según sus cuentas, realizadas mediante datos geoespaciales y modelos de inteligencia artificial, los tejados cubren más de 286.000 km² del planeta.
Para ponerlo en perspectiva, es como el área de países como Italia que sí, puede no parecer demasiado, pero imagina una granja solar del tamaño de… bueno, de Italia.

Estocada a los combustibles fósiles. Según los investigadores, aprovechar los tejados para colocar placas solares podría generar unos 19.500 TWh de electricidad al año (aproximadamente dos tercios de la electricidad consumida cada año), lo que permitiría reemplazar casi por completo a los combustibles fósiles. No sólo se tendrían que instalar las placas, sino también sistemas adecuados de baterías.
Según sus cálculos, si se cubriera esa cantidad de territorio con paneles solares, se podría reducir la temperatura global entre 0,05 y 0,13 grados antes de 2050. Más allá de esa ganancia, Felix Creutzig -uno de los investigadores de la Universidad de Sussex-, considera que también se contribuiría a tener un aire más limpio y una mayor seguridad energética, ya que estaríamos cubiertos ante picos de demanda puntuales.

Las zonas con potencial. Y, evidentemente, el plan no saldría bien si estos paneles se colocan sin ton ni son. En el estudio plantea que el área idónea para llenar los tejados de los edificios con placas solares es el de Asia Oriental. El motivo es la gran densidad de edificios y las condiciones de la zona en lo que a radiación solar se refiere.
América del Norte y Europa también tienen un gran potencial y, combinadas, estas placas de las azoteas generarían más de 4.300 GW. En perspectiva, supone aproximadamente una cuarta parte de la capacidad global. Otra ventaja sería la descentralización de la energía, haciendo que los países fueran menos vulnerables a crisis energéticas y geopolíticas.
África también sería un buen emplazamiento, pero el problema es que actualmente el territorio representa únicamente el 1% de las instalaciones fotovoltaicas debido a deficiencias en los servicios energéticos y la dependencia de los combustibles fósiles.
Palo a las nucleares. Pero bueno, actualmente no sólo estamos quemando carbón cuando necesitamos energía rápida para satisfacer los picos, sino que también tenemos la nuclear. Tanto que hay países que no sólo han ampliado la vida útil de sus centrales, sino que se están replanteando la decisión de cierre de las que ya tienen para poder producir energía durante unos años más.
Como leemos en PV-Magazine, Creutzig afirma que “con un potencial solar sin explotar tan grande, es difícil entender cómo los gobiernos justifican la inversión en energía nuclear o en proyectos de captura de carbono que aún no han sido probados”.
Ahora bien, aunque la nuclear también tiene sus ventajas frente al uso de combustibles fósiles, como la potencia de la misma o la estabilidad, es evidente que los cálculos de los investigadores de Sussex son muy interesantes de cara a aprovechar para generar energía espacios que, ahora mismo, están infrautilizados. Y ojo, no se queda sólo en un estudio, ya que la Universidad de Sussex lleva meses probando esto en las azoteas que tienen a su alrededor.
Imágenes | Nature, CPRE
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