Japón ha tomado una decisión ante el peligro de que la nación no pueda acceder a un pilar básico: liberar toneladas de arroz

En un país donde el arroz es un pilar de la alimentación, el coste del alimento ha encendido las alarmas del gobierno

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Pocas cosas reflejan hasta qué punto hay una situación de crisis que el precio de un producto básico en el supermercado. En Japón, y en la mayoría de Asia, el arroz es un pilar fundamental de la alimentación, sustentando la vida de gran parte de la población. Sin embargo, una combinación de factores amenaza al cereal esencial. En Japón nunca ha estado tan caro, y el gobierno ha tomado una decisión inédita.

Toneladas de arroz. Ante el encarecimiento del arroz debido a problemas en la distribución, el gobierno japonés ha anunciado que, a partir de marzo, liberará 210.000 toneladas de su reserva de emergencia para estabilizar el mercado. Se trata, por tanto, de la primera vez que se recurre a esta reserva con el propósito de reducir precios, en lugar de hacerlo por emergencias como malas cosechas o desastres naturales.

El ministro de Agricultura, Taku Eto, enfatizó que la producción de arroz ha sido suficiente para satisfacer la demanda, pero los cuellos de botella en la distribución han mantenido los precios altos. En 2024, la producción aumentó en 180.000 toneladas en comparación con el año anterior. Sin embargo, la cantidad recolectada por distribuidores cayó en 210.000 toneladas, lo que sugiere que agricultores y mayoristas retuvieron existencias anticipando nuevas alzas de precios.

Según el investigador Masayuki Ogawa de la Universidad de Utsunomiya, el desajuste se debe a la entrada de compradores especulativos que han mantenido artificialmente altos los precios sin que los beneficios lleguen a los productores.

Factores de una crisis. Como decíamos al inicio (y en semanas pasadas), son varios. El precio de un paquete de cinco kg de arroz japonés ha subido de 2,023 yenes a 3,688 yenes en un año. ¿Causas? La ola de calor récord de 2023 redujo los rendimientos agrícolas y las reservas, mientras que el consumo aumentó debido al turismo sin precedentes. Además, las advertencias de tifones y terremotos desataron compras de pánico, lo que llevó a algunos minoristas a limitar las ventas.

A ello hay que sumar lo que comentamos antes. La cosecha no ha sido mala, sino todo lo contrario, pero todo apunta a que agricultores y mayoristas retuvieron existencias anticipando nuevas alzas de precios.

Estrategia de liberación y expectativas. Para aliviar la presión del mercado, el ministerio subastará inicialmente 150.000 toneladas de arroz a cooperativas agrícolas y mayoristas, compuestas en su mayoría por grano de 2024, con una pequeña parte de 2023. Posteriormente, se liberarán otras 60.000 toneladas, dependiendo del impacto de la primera fase. La subasta se llevará a cabo a mediados de marzo, lo que significa que el arroz comenzará a llegar a los comercios entre finales de marzo y abril.

El objetivo principal es claro: mejorar la distribución sin intervenir directamente en el mecanismo de precios del mercado. A este respecto, Eto reafirmó la postura del gobierno de que los precios deben ser regulados por la oferta y la demanda, confiando en que la medida ayude a normalizar la situación. Además, el ministerio planea reponer (comprar “de vuelta”) la cantidad liberada dentro del año, con flexibilidad en los plazos según la reacción del mercado.

Impacto en los consumidores y la industria. Si bien se espera que la medida reduzca el precio del arroz, Ogawa advirtió que la disminución no será inmediata ni uniforme en todos los puntos de venta. En lugar de impactar directamente los precios en supermercados, el arroz liberado probablemente se destine en mayor medida a la industria de alimentos preparados, como restaurantes, hospitales y escuelas.

Qué es esa reserva de la nación. Japón implementó su sistema de reservas de arroz en el año 1995, tras la crisis de abastecimiento provocada por un verano inusualmente frío en 1993. Desde entonces, el gobierno mantiene un stock de aproximadamente un millón de toneladas y se almacenan en unas 300 instalaciones a nivel nacional, renovando anualmente 200.000 toneladas para garantizar el suministro en situaciones de emergencia. De hecho, un almacén en Saitama, cerca de Tokio, permitió el acceso a medios antes del anuncio, mostrando 20.000 toneladas de arroz, suficientes para llenar 300 millones de tazones.

En el pasado, estas reservas han sido utilizadas únicamente tras desastres naturales como el terremoto y tsunami de 2011 en Tohoku y los seísmos de Kumamoto en 2016. Ahora está por ver que el movimiento tenga efecto y la estabilización en la distribución logre contener el alza de precios en el mediano plazo.

Imagen | RawPixel

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