El 16 de agosto de 2022, protegidos por hasta 29 agentes de policía, un grupo de jardinero comenzaron a talar un árbol en Sevilla. Siguieron durante toda la tarde y toda la noche. Y, a la mana siguiente, cuando llegó la orden de paralización del juzgado de lo Contencioso-Administrativo 9 de Sevilla, ya estaban terminando.
Luego vinieron dos años de agonía. De juzgados, de acusaciones, de peticiones de perdón y tratamientos despesrados. Pero sobre todo, dos años de agonía. Por eso, cuando a finales de agosto, el Ayuntamiento dio por muerto al ficus de San Jacinto, nadie se sorprendió.
Ahora parece que nos equivocábamos.
Crónica de una muerte anunciada. Lo cierto es que la noticia de la muerte no podía considerarse una sorpresa. Durante estos dos años tras la tala, el Ayuntamiento se hizo cargo del cuidado de lo que quedaba del árbol e invirtió 13.000 euros para intentar sacarlo adelante. La situación era complicada y los problemas se iban acumulando.
Cuando varios medios recogimos declaraciones de la delegación sevillana de Parques y Jardines ("el árbol ha ido para atrás y no hay síntomas de nuevas brotaciones ni posibilidad de supervivencia") y de la empresa que lo estaba tratando ("el árbol está muerto al 99%"), nadie se extrañó.
Pero sí hubo gente que desconfió. Sobre todo, los que llevaban años tratando de evitar que el ficus se talase y habían visto como el Ayuntamiento (inexplicablemente) apretaba el acelerador de forma totalmente innecesaria. Sobre todo, cuando el Ayuntamiento anunció rápidamente su sustitución por 2un ejemplar de una especie indeterminada". Así, la Plataforma Ciudadana en defensa del ficus de San Jacinto y la mesa ciudadana del árbol de Sevilla (una coordinadora compuesta por 52 entidades) pidieron una segunda opinión.
El encargado ha sido un peso pesado de la botánica sevillana: Enrique Figueroa, catedrático y profesor emérito de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla y distinguido con la Medalla de Oro de la Ciudad.
¿Qué dicen los expertos? El 16 de septiembre, tras una semanas de estudio, las plataformas convocaron una reunión en la que el invesigador señalaba que era "un error afirmar que el ficus centenario de San Jacinto está muerto o es irrecuperable".
Según Figueroa, "no parece que lo hayan cuidado ni regado de manera apropiada y necesaria en todo este tiempo" y, en ausencia de riesgos ("se ha demostrado con creces que no era un peligro ni para la estructura de la iglesia ni para la seguridad de los ciudadanos") decir que "este árbol está muerto es algo muy complicado".
La propuesta del Catedrático era "esperar y cuidarlo con rigor hasta junio del año próximo para confirmar o no su supervivencia". La pelota, de nuevo, estaba en el tejado del Ayuntamiento.
¿Qué ha dicho el Ayuntamiento? Finalmente, el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado conceder esos seis meses más al árbol. En la moción (presentada por presentada por Con Podemos-IU y que ha salido adelante con la abstención del PP y Vox), se adopten "medidas para su recuperación".
Un símbolo al que le quedan seis meses más de guerra. El ficus de San Jacinto se ha convertido en un símbolo de un mal endémico de este país: el mal cuidado que se les da a los árboles urbanos. Un mal que se puede resumir en pocas palabras ("pocos medios, mala gestión y decisiones políticas aisladas de cualquier conocimiento técnico actual"), pero que tiene muy difícil solución.
Nadie sabe muy bien qué pasará con el árbol centenario, pero esto es otra oportunidad (otra más) para reflexionar sobre el tema.
Imagen | Google Street View
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8 comentarios
pcaro
Se dicen muchas mentiras o medias verdades en este artículo.
Curiosamente no se menciona algo importante, una rama de este árbol llevó a una señora a la UCI e hirió a 5 personas más. Esta señora está con incapacidad permanente. Y tendremos que pagar indemnización todos los sevillanos.
Todo con la complicidad de un ayuntamiento que negó/retrasó la poda (que no tala) en su debido momento.
Tampoco se menciona que la Iglesia de San Jacinto cedió todo el patio y el árbol al ayuntamiento. Durante 25 años.
Todos los que vivimos en Triana tenemos gran aprecio por el ficus centenario (1913). Ojalá se recupere.
Es una pena que esto sólo sea otra excusa para hacer política basura.
labandadelbate
Con la iglesia hemos topado, el cura de mi pueblo en los años 60 hundió una iglesia del siglo XVI por que se había caído una parte del techo, y en su lugar construyeron una especie de Silo de grano y una casa para el cura con unos 10 dormitorios, que hoy está totalmente abandonada.
Del contenido de oro, esculturas, tallas... nunca se supo que pasó.
Para que me vengan con la "caridad cristiana".
Nacho
Lo que deberían hacer ahora para dar ejemplo es talarlo, plantar uno nuevo y marcarlo como protegido para que jamás se pueda talar (más la correspondiente multa a quien se lo cargaron). Que sirva de escarmiento para todo el que intente talar un árbol sin permiso en Sevilla.
vilani
La estupidez política de los estúpidos e inútiles politicos no tiene equivalente en ningún otro lugar del mundo.
El dinero gastado y que se gastaran con este árbol, da para plantar uno nuevo mas joven y cientos mas repoblando algunos montes.