Estos días la palabra clave es Martinho. Según AEMET, la borrasca de alto impacto dejará rachas de viento muy fuertes (que, en el norte peninsular podrán superar los 100 km/h). Pero eso no es lo más problemático.
Lo más problemático a estas alturas de marzo es la lluvia. Según los acumulados, Martinho va a provocar lluvias abundantes en zonas donde lleva muchas semanas sin parar de llover: sobre todo, en el Sistema Central y Andalucía Occidental.
Es decir, lo más problemático son los cauces de los ríos.
Pero antes de nada, hablemos del 'efecto Fujiwhara'. Y es que una de las peculiaridades de Martinho es que viene de la mano de un fenómeno relativamente raro en nuestro país y que (muy probablemente) acabe intensificando la borrasca.
En términos generales, el 'efecto Fujiwhara' ocurre cuando dos sistemas de bajas presiones se acercan entre sí y empiezan a "enroscarse" en torno a un punto común. En último término, pueden llegar a fusionarse, pero (sea como sea) el fenómeno puede introducir cambios en la intensidad o la trayectoria de la borrasca.
Justo eso es lo que parece que vamos a ver: algunas de las borrascas secundarias de Martinho van a empezar a "orbitar" a su alrededor y puede que sean absorbidas.
Las Conferencias Hidrográficas están preparándose. El mejor ejemplo es la del Guadalquivir. Solo el lunes 17 de marzo, los embalses de la cuenca liberaron 234,135 hectómetros cúbicos. No solo es una cifra muy alta en comparación con los días anteriores sino que, como señalan en el Diario de Sevilla, equivale a toda la capacidad del pantano de Melonares (221,710 hectómetros cúbicos) y un poco más.
Aunque las cifras generales pueden llevarnos a engaño (la cuenca del Guadalquivir, por ejemplo, está al 50,35%), hay muchos pantanos que están al límite de su capacidad operativa. En último término, las cifras están condicionadas porque las lluvias se han concentrado en la parte norte del valle. Los tres embalses más grandes de la cuenca están en la parte sur y se encuentran aún mucho más vacíos (Iznájar, al 27,24% de su capacidad; La Breña, al 29,22% de su capacidad; y el de Negratín, al 31,74%).
En el centro del país. En el Sistema Central, la situación tampoco es mejor. El miércoles se hubo de interrumpir el tráfico en la M-30 y la M-40 de la ciudad de Madrid y hoy mismo se ha empezado a contemplar la posibilidad de que el Manzanares se desborde. Pero esto es solo un ejemplo. Ahora mismo, cada valle de la zona norte de la cuenca del Tajo se está convirtiendo en un embudo que canaliza mucho más agua del que están acostumbrados (y seguramente son capaces de manejar).
El ejemplo más claro es que hay embalses que han desembalsado por primera vez. Y tienen más de 50 años.
Lo peor puede estar por venir. Porque, como vimos en el caso de la DANA de Valencia, el problema no solo es la lluvia: el problema es que todo ese agua tiene que salir por algún lado. No quiero decir que vayamos a encontrarnos con un problema de semejante magnitud, pero lo que sí es cierto es que muchas zoans del interior de la Península van a recibir una cantidad descomunal de agua.
Y nadie está seguro de que sepamos gestionarla bien. 'Prudencia', de nuevo, será la palabra clave una vez que 'Martinho' descargue toda su fuerza.
Imagen | ECMWF
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