Ucrania va a perder su arma más poderosa de EEUU. Eso le dará a Rusia una ventaja inédita: atacar a más de 30 kilómetros

El impacto total de la suspensión de la ayuda será más evidente en los próximos meses. Para ser más exactos, dentro de seis meses

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Tras la fallida reunión entre Volodymyr Zelenskyy y Donald Trump la situación en el conflicto de Ucrania es más incierta que nunca. Mientras Estados Unidos ha tomado como primera medida la suspensión de la asistencia militar, desde Ucrania se pide volver a sentarse y negociar esos supuestos minerales que abrirían de nuevo una mesa de negociación. Tal y como están las cosas, la pregunta parece clara: ¿cuánto tiempo podría resistir Kiev sin la ayuda estadounidense?

A corto plazo no hay problema. La medida adoptada por la administración de Trump congela el acceso de Ucrania a los 3.85 mil millones de dólares en ayuda militar previamente aprobados por el Congreso. Plus: bloquea la entrega de equipamiento militar que ya había sido autorizado por la administración de Joe Biden. Sin embargo, y desde antes de la llegada de Trump, Ucrania se ha estado preparando para un posible cese de la ayuda estadounidense, acumulando armamento y municiones en previsión de este escenario.

De hecho, un alto funcionario occidental confirmó que gran parte del equipo militar necesario ingresó a Ucrania antes de la toma de posesión de Trump, lo que permitirá al país mantenerse en combate más allá del período estimado para las negociaciones de un alto al fuego. Fedir Venislavsky, miembro del comité de defensa de la Verkhovna Rada, afirmó que Ucrania cuenta con un margen de seguridad de seis meses, lo que le permitirá resistir a corto plazo sin la asistencia estadounidense. No obstante, reconoció que la situación será mucho más difícil sin el flujo constante de armamento y sistemas defensivos.

La mayor apuesta de Ucrania: drones. En 2025, Ucrania depende mucho menos de Estados Unidos para cubrir sus necesidades diarias en el campo de batalla en comparación con las primeras etapas de la guerra. Su estrategia defensiva actual se basa en el uso de minas, drones de ataque y fuego de artillería tradicional para desgastar a las fuerzas rusas en un rango de 0 a 30 km. Dicho de otra forma, la mayoría de las bajas rusas (más del 50%) son causadas por minas y drones de fabricación nacional, lo que reduce la dependencia de sistemas de armamento importados.

Para que nos hagamos una idea de la “industria” que ha terminado formando el país, según el ministro de Defensa, Rustem Umerov, Ucrania se ha convertido en el mayor fabricante de drones del mundo, con una producción mensual de casi 200.000 drones, incluyendo modelos FPV de bajo coste junto a drones DJI Mavic importados desde China (aunque esto lleva un tiempo en tela de juicio). En cualquier caso, el enfoque de Ucrania ha sido expandir la "zona de muerte" de sus drones kamikaze, aumentando su alcance y letalidad, lo que representa una alternativa de bajo coste a los sistemas HIMARS y los misiles ATACMS estadounidenses.

El problema será a gran distancia. Los analistas concuerdan en que el impacto más grave de la suspensión se verá en la capacidad de Ucrania para realizar ataques de precisión a más de 30 km. ¿La razón? Los sistemas como los GMLRS (Guided Multiple Launch Rocket System) siguen siendo cruciales para golpear objetivos estratégicos en la retaguardia rusa, y la falta de estos debería afectar la eficacia operativa de Ucrania.  Además, la suspensión de interceptores avanzados de defensa aérea y antimisiles proporcionados por Estados Unidos reducirá la capacidad de Ucrania para proteger su infraestructura y tropas de ataques con misiles rusos. Siendo así, a medida que pase el tiempo, estas limitaciones podrían volverse críticas.

Otro punto clave es el mantenimiento de equipos, el suministro de repuestos y el soporte técnico. Sin la asistencia de Estados Unidos la capacidad operativa de Ucrania se degradará progresivamente. Plus: no está claro si la suspensión afectará también la provisión de inteligencia, entrenamiento y otras formas de apoyo indirecto, lo que podría agravar aún más la situación. En este sentido, mucho dependerá de cuánto material y repuestos haya logrado almacenar Ucrania y hasta qué punto Europa pueda intervenir para cubrir la brecha. Además, algunos países europeos tienen inventarios limitados y en ciertos casos Estados Unidos podría bloquear la transferencia de equipos por parte de terceros.

G Los GMLRS en acción

Los Patriots y sus interceptores. Como explicábamos, a pesar del apoyo europeo, los sistemas de defensa más sofisticados dependen exclusivamente de Estados Unidos. Entre ellos, destacan los sistemas de defensa aérea Patriot y sus interceptores, diseñados y fabricados exclusivamente en suelo estadounidense.

La imposibilidad de reponer estos misiles una vez agotados pondrá en riesgo ciudades clave y emplazamientos estratégicos ucranianos, aumentando la vulnerabilidad ante los ataques rusos con misiles balísticos y drones kamikaze.

Y sin inteligencia. Otro factor crítico era conocer el alcance de la provisión de inteligencia de largo alcance. Hasta ahora, Washington había proporcionado datos de reconocimiento para alertar a Ucrania sobre bombardeos rusos con bombas planeadoras y para identificar objetivos estratégicos dentro de Rusia. La interrupción de este flujo de información privaría a Ucrania de una ventaja clave en la guerra moderna.

La respuesta ha llegado hace unas horas: Estados Unidos ha cortado el intercambio de inteligencia con Kiev, otro duro golpe que podría obstaculizar seriamente la capacidad del ejército ucraniano para atacar a las fuerzas rusas. La medida, anunciada en Financial Times, sigue a la decisión de la administración Trump de suspender las entregas de ayuda militar.

Starlink. Por último, no hay que olvidar el sistema de comunicaciones Starlink de Elon Musk, utilizado ampliamente por las fuerzas ucranianas en el frente de batalla, y que depende de un contrato con el Pentágono. Aunque una posible alternativa sería el servicio satelital europeo Eutelsat, no está claro si podría igualar la eficiencia y cobertura de Starlink en plena guerra.

¿Y Europa? Es la gran incógnita después de escuchar ayer esa grandilocuente palabra: rearme. Europa ha intentado compensar la reducción del apoyo estadounidense con una asistencia militar significativa, que desde el inicio de la guerra asciende a 51 mil millones de dólares. Actualmente, la ayuda europea representa un 25% del total, superando el 20% proveniente de Estados Unidos, mientras que el resto del armamento y suministros proviene de la industria ucraniana o adquisiciones directas del gobierno de Zelenskyy.

En algunos aspectos, el apoyo europeo ya supera al estadounidense. Se espera que en 2025 Europa produzca dos millones de proyectiles de artillería para Ucrania, en comparación con los 850.000 previstos por Estados Unidos. A pesar de ello, la producción combinada sigue siendo menor a los 4 millones de proyectiles que Rusia planea fabricar este año. Qué duda cabe, este desfase plantea la pregunta de si la diferencia en capacidad de fuego será decisiva en favor de Moscú.

Resistir y el riesgo. Bajo este escenario, la suspensión de la ayuda militar estadounidense no parece que vaya a representar un colapso inmediato para Ucrania, pero sí un deterioro progresivo de su capacidad bélica. Con los suministros acumulados antes de la toma de posesión de Trump y el apoyo europeo, Ucrania puede sostenerse durante seis meses aproximadamente, aunque con dificultades crecientes en defensa aérea y reconocimiento estratégico.

Si se trata solo de una interrupción en el suministro de municiones y equipo, los efectos serán específicos y limitados a ciertas capacidades militares. No obstante, si la suspensión se extiende a todas las formas de apoyo, incluyendo logística, inteligencia y asistencia técnica, el impacto sistémico será mucho más profundo y difícil de evaluar, con posibles efectos en cascada que podrían debilitar significativamente la posición defensiva de Ucrania a largo plazo.

Por supuesto, un acuerdo de paz lo cambiaría todo, aunque en estos momentos resulta muy complicado evaluar de qué forma.

Imagen | NATO, Military

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