La aparición masiva de libros escritos por una Inteligencia Artificial está empezando a descontrolarse. O lleva tiempo en ella. La llegada de ChatGPT propulsó lo que ya era factible usando la API de GPT desde un tiempo atrás, solo que con ChatGPT se hizo muchísimo más fácil y accesible: dejar que un bot escriba por nosotros.
Eso propulsó a su vez a quienes vieron un negocio en ello y empezaron a tirar de prompts para generar páginas y páginas que combinar en un libro. La autopublicación, en especial la de Amazon, termina de facilitar la misión de colocar el título en su tienda y en Kindle. Y a esperar el dinero.
19 de 100
Estos dos primeros párrafos no son una ensoñación o una hipótesis, es algo que lleva meses ocurriendo y que llevó a Amazon a tomar una medida que huele mal: los autores solo pueden autopublicar tres libros diarios como tope en Amazon. Sí, diarios. Tres.
Antes había otro límite, aunque la empresa no reveló cuál. El hecho de que tres libros diarios sean vistos como un tope ya nos da una señal de cómo de elevada es la actividad de estos autores que usan bots para que escriban sus libros.
Esa última frase está escrita así de forma deliberada. No se trata de autores que usan ChatGPT como una asistencia para generar ideas, buscar ejemplos o reescribir fragmentos, sino de aquellos que directamente copian y pegan lo que el bot le redacta.
Su simple presencia —masiva— en las tiendas electrónicas de libros, que los suministran en formato digital o los imprimen de forma exprés si el cliente los prefiere en papel, dificulta encontrar libros de autores independientes que resulten de interés. Si el mercado literario se inunda de calidad escasa, el lector tendrá mucho más difícil encontrar lo que busca.
Si además hay libros escritos por un bot que se basan en replicar libros originales, la vida de los autores de estos últimos se complica. Ya hay ejemplos reales de escenarios así. The Washington Post recogió uno de ellos: tres semanas después de publicar un libro técnico que le llevó más de un año a escribir, apareció una copia de idéntico título escrita tirando de IA.
Otra tendencia similar a esta también se ha convertido en un problema real: la de los resúmenes de libros populares escritos mediante una IA. Hay muchísimos. Además, pueden confundir al usuario y hacerle creer que se trata del libro original.
Caitlyn Lynch, una escritora independiente, advirtió que solo 19 de los 100 libros más vendidos en Amazon bajo la categoría 'Romance contemporáneo' eran obras escritas por humanos. Los 81 restantes eran fruto de bots, a su vez fruto de pseudoautores poco hábiles.
ChatGPT es un inventazo, pero da para lo que da, y nadie quiere leer un libro que un humano simula haber firmado cuando todo lo ha creado un bot. Como mucho, querrá leer un libro redactado por una IA siempre y cuando su "autor" haya sido honesto y así lo haya admitido. Y ya hay tiendas dedicadas exclusivamente a títulos así, como BookBud.ai. Cada cual con sus aficiones.
Todo eso por no mencionar las alucinaciones que sufren tanto ChatGPT como sus rivales en sus respuestas. Las personas podemos equivocarnos y nos equivocamos, pero cuando abrimos un libro de doscientas páginas no asumimos que el autor habrá cometido errores sí o sí en algo que le ha supuesto un arduo trabajo. ¿Quién confía de esa forma en doscientas páginas redactadas por ChatGPT?
Y todo eso por no mencionar tampoco su estilo. Si un párrafo de ChatGPT huele a kilómetros y aburre, imagínense un libro.
Hay ventajas claras en el uso de la IA por parte de un escritor: le puede ayudar a generar ideas y tipos de historias nuevas, trascendiendo los límites de su imaginación, o a encontrar alternativas a su vocabulario o a los ejemplos que utiliza.
Sin embargo, el uso de la IA como reemplazo total de la redacción humana difícilmente traerá consecuencias positivas más allá de que el autor vea cómo engorda su cuenta corriente. Para el resto nos supondrá ir esquivando minas y desarrollando cierta habilidad para detectar qué libro ha sido escrito por un bot y cuál no.
Actualización del 27 de febrero: desde Amazon se nos ha remitido el siguiente comunicado, el cual reproducimos íntegro:
Amazon está constantemente evaluando las diferentes tecnologías emergentes disponibles y se compromete a ofrecer la mejor experiencia de compra, lectura y publicación, tanto a los autores como a los clientes.
A pesar de que no hemos detectado un aumento significativo en el número de publicaciones de KDP (la herramienta de autopublicación de Amazon) como resultado de una mayor disponibilidad de herramientas de inteligencia artificial generativa, hemos actualizado nuestras directrices que ahora requieren que los autores y editores nos informen con precisión si su contenido está generado por IA.
También hemos reducido recientemente el número de nuevas publicaciones permitidas para los editores de KDP, para ayudar a proteger a los clientes contra posibles abusos. Aunque permitimos contenido generado por IA, no permitimos contenido generado por IA que viole nuestras directrices, incluyendo contenido que ofrezca una mala experiencia para el cliente.
Imagen destacada | Xataka con Midjourney
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11 comentarios
smithwinston
Hay formas de trabajar y desarrollar prompts profesionales, algo a lo que estoy acostumbrado, sobre todo en la reelaboración de los texto. El problema de esto es que esta tecnología se va a ir perfeccionando más, contribuyendo a que la capacidad de imaginación de las nuevas generaciones pueda verse más mermada. Es algo que se puede entrenar y de hecho se hace desde la infancia con multitud de cosas de nuestro entorno y nosotros mismos. Pero claro, si le relegamos todo el esfuerzo a la IA, entonces, aunque recibamos sus resultados, no obtenemos resultados de nosotros mismos.
Es decir, no cosechamos un fruto pleno y cuantioso de nuestro propio esfuerzo (si ha sido en esa medida), porque nuestro esfuerzo se ha reducido al pasar por el filtro de que dicho esfuerzo consista únicamente en que el esfuerzo principal lo lleve a cabo la IA en cuestión y de aquella manera, claro. Debería ser un 90% humano y el 10% IA para quien quiera un uso responsable de la herramienta. Sin embargo, la pereza de esta generación la lleva a cambiar el panorama por un 90% IA y un 10% humano (en algunos casos incluso menos).
Por ejemplo, no es lo mismo que te curres un ensayo sobre el efecto Proust con un enfoque filosófico y que luego se lo pases a la IA para que corrija errores o proponga una reelaboración, a que tu cojas y le digas a la IA "oye, hazme un ensayo sobre el efecto Proust con un enfoque filosófico del estilo de Descartes". Lo primero dará sin lugar a dudas mejores frutos y lo que es más importante, contribuye al crecimiento mental y creativo de uno mismo, además de incentivar al resto con una pieza auténtica respaldada con ayuda técnica, no sustitución en sí.
pajaritosamenomejodas
Llevo oyendo y leyendo día tras día noticias de que importantes cambios de paradigma en todo ámbito que requiera actividad neuronal, y también en los que no, van a acontecer o están haciéndolo.
Teniendo el cuenta que la idea de crear una inteligencia artificial tiene 3000 años, al menos recogida como escrito, y la IA mediante el empleo de transistores y placas se generó hace casi un siglo. y teniendo en cuenta que todo avance tecnológico que hasta la fecha ya sido un producto comercial llevaba al menos 10 años desarrollado por lo ejércitos de turno, no sé de qué no sorprenderme ya, o no sé si creerme nada de que lo he visto u oido en los ultimos 10 años, respecto a todo lo publicado en los mass media.
Vamos que si algo gordo ocurre ahora, es que hace 10 años ya lo vieron venir. Y cada 10 años una nueva tecnología va a suponer un nuevo orden mundial, o el Apocalipsis. Al menos desde la gran guerra, que no se si acabó alguna vez.
Si el diluvio no nos mató... Una RTX4090 va a qué? Que yo sepa, lo más malvado que han hecho son deepfakes de exnovias...
luisgele1
Buenos 2 comentarios generados, jejeje.
El mundo que viene es tan incierto, como poderoso y disruptivo. La humanidad no ha experimentado nada parecido, ni de lejos, a lo que se nos viene de aquí a 50 años.
danigonzalezgil
Seamos sinceros, en el artículo hay más de deseo que de realidad. En cuestión de meses, un año a lo sumo (la ventana de tiempo no va a ir más lejos), las capacidades de las IA van a estar equiparadas, y ya no diferenciaremos a un buen autor de una máquina. Tal vez los brillantes, y solo tal vez, acaben destacando. Pero tal como está el mercado editorial en la actualidad y los filtros de las editoriales, que lo escriba una IA o un escritor con el ojo puesto en la mesa de novedades, no será relevante. El debate ya no vendrá por la autoría; el nuevo talento será tener el instinto para ofrecer aquel contenido antes de que se necesite. Flaubert arrasado por Ogilvy, bienvenidos al s. XXI.
ramz
Se avecinan tiempos impredecibles. Lo más probable es que caigan sectores económicos completos y se crearán otros distintos. Habrá gente que tendrá nostalgia, como los que leían en otros tiempos revistas de ciencia-ficción o cómics semanales. El progreso es así, pero lo importante es que los avances no conduzcan al mundo a un pozo de miseria para el enriquecimiento absoluto de una millonésima parte de la población.
bioclone
Si las obras son la mitad de genericas que sus equivalentes en images el sector puede darse por jodido...
Una imagen la interpretas en segundos, no puedo imaginarme pasar horas con un libro y entonces ver fallos garrafales, ademas a juzgar por la frecuencia de publicacion la mayoria ni se revisaran... Bonita manera de cargarse el interes mayoritario y relegar los libros a 4 personas que inviertan el suficiente tiempo en ser capaces de descartar toda la basura del mercado...
Es basicamente como revivir "la epoca dorada del blockbuster" donde de cada 20 peliculas para alquiler, habia 1 que todos conocian de buena calidad, quizas otra o otras 2 desconocidas y buenas, y luego otras 17 que no valian ni como pelicula mala para el domingo.
amargado2021
Gracias por traernos una noticia de septiembre del año pasado.
Update on KDP Title Creation Limits
18 de septiembre de 2023
nozenritten
Existen métodos para trabajar y elaborar desafíos profesionales, una práctica con la que estoy familiarizado, especialmente en la reformulación de textos. No obstante, la complicación radica en que esta tecnología seguirá perfeccionándose, lo que conlleva a una disminución en la capacidad imaginativa de las nuevas generaciones. Aunque se puede entrenar esta habilidad desde la infancia mediante diversas experiencias en nuestro entorno, existe el riesgo de depender excesivamente de la inteligencia artificial (IA), lo que resulta en una pérdida de resultados personales.
En otras palabras, al relegar la mayoría del esfuerzo a la IA, incluso si se obtienen resultados, no se logra una cosecha completa y sustancial de nuestros propios esfuerzos. El problema surge al limitar nuestro esfuerzo a que la IA realice la tarea principal, desplazando la esencia del esfuerzo humano. Para un uso responsable de la herramienta, se sugiere un equilibrio del 90% de esfuerzo humano y un 10% de intervención de la IA. No obstante, la tendencia actual revela una inclinación hacia un 90% de dependencia de la IA y solo un 10% de aporte humano, en ocasiones incluso menos.
Por ejemplo, la diferencia entre elaborar un ensayo sobre el efecto Proust con un enfoque filosófico y luego permitir que la IA corrija o proponga mejoras, comparado con simplemente indicar a la IA "hazme un ensayo sobre el efecto Proust con un enfoque filosófico al estilo de Descartes", es evidente. La primera opción sin duda produce resultados superiores, fomentando el crecimiento mental y creativo propio, y brindando una obra auténtica respaldada por asistencia técnica en lugar de una mera sustitución.